Según estudio de CARE:
Cerca del 70% de las trabajadoras domésticas ganan menos del salario mínimo, aumentando al 82% si son migrantes.
Solo el 18% de las trabajadoras domésticas cuentan con seguridad social integral y prestaciones sociales, este porcentaje se reduce a menos del 1% si son mujeres migrantes.
El 99.1% de las trabajadoras domésticas trabajan bajo la informalidad, tienen o han tenido relaciones laborales de trabajo doméstico sin cumplimiento de la legislación laboral colombiana.
El próximo 1 de agosto, CARE, realiza en la Universidad Libre, sede Bogotá el Foro Migración y trabajo Doméstico, en el que busca profundizar en los datos presentados por su reciente estudio “Características y condiciones laborales de las personas migrantes y refugiadas en el trabajo doméstico remunerado en Colombia”.
Colombia, julio 2024. El panorama del trabajo doméstico para colombianas y mujeres migrantes en Colombia presenta diversos desafíos, especialmente en términos de informalidad, condiciones laborales y vulnerabilidad social. Según el DANE, el 96% de las personas que trabajan en el servicio doméstico en Colombia están en condiciones de informalidad laboral. Esto significa que la mayoría no tiene contrato ni acceso a prestaciones sociales como indica la ley laboral.
Más de la mitad de las mujeres en Colombia se encuentran actualmente en la informalidad laboral (53% según el DANE), y en el caso de las trabajadoras domésticas, la tasa es aún más elevada debido a las brechas en el ejercicio de sus derechos laborales. Esta situación se agrava para las mujeres migrantes debido a las barreras para acceder al mercado laboral formal. Es preocupante que el 70% de las trabajadoras domésticas en Colombia ganen menos de un salario mínimo mensual legal vigente, una situación crítica que afecta particularmente a las migrantes, quienes suelen aceptar salarios más bajos que el SMLV, debido a su situación de vulnerabilidad, según datos del DANE.
“La situación de las mujeres migrantes en el trabajo doméstico es un reflejo de la desigualdad de género y la falta de oportunidades económicas con garantías sociales. Es crucial que las políticas existentes sean implementadas de manera efectiva para garantizar derechos laborales y mejorar sus condiciones de vida”, afirma Sofía Sprechmann, Secretaria General de CARE Internacional.
Para visibilizar esta problemática, CARE Colombia, una organización internacional no gubernamental dedicada a combatir la pobreza y la injusticia social, con un enfoque particular en el empoderamiento de mujeres y niñas, organiza su primer foro relacionado con el tema. El evento contará con panelistas de instituciones nacionales e internacionales, incluyendo CARE Colombia e Internacional, Intersindical de Trabajo Doméstico, Ministerio del Trabajo y el Consultorio Jurídico de la Universidad Libre.
El foro busca profundizar en los datos presentados por su reciente estudio “Características y condiciones laborales de las personas migrantes y refugiadas en el trabajo doméstico remunerado en Colombia”. Será un espacio para generar un diálogo constructivo entre diferentes actores sociales y políticos, abordando las problemáticas que enfrentan las mujeres en el trabajo doméstico y proponiendo soluciones para mejorar sus condiciones laborales y de vida.
Temas del Foro:
Perfil Demográfico:
Cabezas de hogar: El 94, 6% de las personas encuestadas afirma ser mujer jefe de hogar; tienen a su cargo entre dos y tres personas y aproximadamente el 36 % tiene hijos menores de cinco años.
Educación: El 60% de las trabajadoras domésticas migrantes cuenta con educación secundaria y el 19% con formación profesional.
Edad de las trabajadoras: Las trabajadoras se concentran en el grupo de edad entre 30 y 40 años.
Condiciones Laborales:
Informalidad: El 99.1 % tiene o ha tenido relaciones laborales de trabajo doméstico sin cumplimiento de la legislación laboral colombiana Debido a que el 22% de las trabajadoras domésticas migrantes encuestadas aún no cuenta con regulación en el país- PPT- Permiso de Protección Temporal.
Bajos salarios: el 82 % tiene o ha tenido trabajos donde se gana menos de un salario mínimo al mes como empleada del servicio doméstico en hogares de terceros.
Largas jornadas laborales: Las trabajadoras domésticas migrantes suelen enfrentar jornadas extensas, que van entre 8 a 12 horas en la labor de trabajo doméstico, que, sumado a las horas de cuidado en sus propios hogares, puede llegar a jornadas de hasta 17 horas diarias.
Vulnerabilidades y Desafíos:
Discriminación y xenofobia: Las trabajadoras, especialmente las migrantes, enfrentan discriminación y xenofobia, lo cual complica su integración y estabilidad laboral.
Falta de conocimiento de derechos: Muchas trabajadoras desconocen sus derechos laborales y las vías para exigirlos, perpetuando su explotación.
Acceso a empleos formales: Las barreras legales y administrativas limitan el acceso de las migrantes a empleos formales, manteniéndolas en condiciones de vulnerabilidad.
Datos del evento:
Fecha: Jueves 1 de agosto de 2024.
Lugar: Universidad Libre, sede Bogotá (Calle 8 n.º 5-80) – Auditorio Darío Echandía.
Hora: 9:00a.m. a 12:00m
Contará con streaming en vivo en: https://www.youtube.com/@CanalUnilibre
Participantes Destacados:
Sofía Sprechmann, Secretaria general de CARE Internacional.
Catalina Vargas: Directora País de CARE Colombia.
Magda Alberto, Asesora de Equidad, Igualdad y Derechos de las Mujeres del Ministerio del Trabajo.
Claribed Palacios. Presidenta Unión de Trabajadoras Afrocolombianas del Servicio Doméstico.
Erick Leiva: Decano de Derecho de la Universidad Libre.
“Otro de los objetivos de este espacio es poder recomendar medidas y políticas para frenar esta problemática. Entre ellas, destacamos la importancia de fortalecer las políticas públicas, la necesidad de capacitaciones y sensibilizaciones para las trabajadoras domésticas, lo cual les permita empoderarse y conocer sus derechos y habilidades laborales. Desde CARE hacemos un llamado al gobierno, organizaciones no gubernamentales y el sector privado para crear alianzas estratégicas que mejoren las condiciones laborales y sociales de las trabajadoras domésticas”, concluye Sprechmann.