Teodoro Pedro da Silva, uno de los pioneros en asentarse en Santa Vitória, municipio brasileño del estado de Minas Gerais, nació el 29 de noviembre de 1884 en Tijuco y pasó su juventud en Campo Alegre y Barreiro, zonas del municipio de Ituiutaba. Dedicado a la ganadería junto con sus hijos, en 1902, se trasladó a Santa Vitória, un lugar al que contribuyó significativamente gracias a su matrimonio con Querozina Queiroz, hija de Maria Romana de Queiroz, quien cedió terrenos clave para la fundación del pueblo.
Teodoro y Querozina tuvieron varios hijos: Maria I (Neném), Odilon Teodoro, Adelino Teodoro, João Teodoro, Maria II (Nenzinha), Péricles Teodoro y Abelardo Teodoro. Lamentablemente, Querozina falleció poco después del nacimiento del último de sus hijos.
En 1924, Teodoro contrajo matrimonio por segunda vez con Maria Silvéria de Lima, con quien tuvo más descendientes, incluyendo a Joaquim Teodoro, Alice Teodoro, Jerônimo Teodoro —quien sería alcalde de Santa Vitória entre 1970 y 1971 y contribuyó grandemente al desarrollo de la población, pero lamentablemente murió a los 42 años en un accidente automovilístico—, los gemelos Genésio y Getúlio, Lucinda, Luzia, Maria Silvéria, José Pedro (fallecido en la infancia), Pedro da Silva (también fallecido joven), Jacinto, Avelina, Catarina y David Teodoro. En total, Teodoro fue padre de 22 hijos, a quienes siempre trató con equidad, respeto y cariño, forjando con ellos una relación de verdadera amistad.
Esta armoniosa dinámica familiar quedó demostrada en 1969, cuando Teodoro distribuyó sus bienes entre sus 19 hijos vivos en aquel entonces, sin enfrentar oposición o desacuerdos.
Teodoro Pedro da Silva dejó este mundo el 23 de enero de 1981, a los 96 años, dejando un legado duradero como uno de los primeros y más influyentes residentes de Santa Vitória.
Por Elena Mejía Machado