La ciudad peruana de Arequipa, ubicada en el corazón de Los Andes, recibirá en 2022 el IX Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) con un programa que tendrá como eje el mestizaje y la convivencia del español con otras lenguas, lo que debe ser un motivo de “orgullo” para la comunidad hispanohablante, adelantó este lunes en Lima Luis García Montero, director del Instituto Cervantes. La llamada Ciudad Blanca acogerá el principal encuentro de lingüistas, escritores y expertos en el español.
El poeta granadino Luis García Montero, que viajó a Arequipa para firmar un convenio de colaboración con el Ministerio de Relaciones Exteriores peruano para la organización del evento, reflexionó sobre el valor de las “sociedades abiertas” frente a las “cerradas”. También habla en esta entrevista de idiomas como el español, que ha servido “para que se entiendan entre sí comunidades distintas” y que se enriqueció desde un inicio por el contacto con otras gentes.
Los expertos analizarán cuál es la situación del español en el mundo, y los caminos de desarrollo cultural, económico y social de la lengua. “El español ha sido una lengua vehicular, que ha convivido con otras lenguas tanto en la península Ibérica como en América, y ese diálogo entre las lenguas originales indígenas y el español va a tener un papel muy importante en las reuniones del CILE, que, como digo, nunca son para que los especialistas marquen un discurso académico, sino que se enfoca en la divulgación para toda la comunidad panhispánica”, ha apuntado el director del Cervantes.
“La fuerte presión de la Iglesia para que los indígenas no se consideraran esclavos sino hijos de Dios y que había que trabajar con ellos para la salvación, hizo que nuestros misioneros estudiasen las lenguas maternas, sabiendo que son decisivas en la formación de las conciencias. Podemos enorgullecernos de haber tenido figuras como Bartolomé de las Casas junto a otras de origen indígena, que nacieran del mestizaje como el Inca Garcilaso”, ha añadido.
Según García Montero, se trata de ahondar en el uso del español como lengua vehicular, que ha servido para que se entiendan entre sí comunidades distintas tanto en la península como en América y desde muy pronto empezó a enriquecerse con el mestizaje. “Yo creo que ese es el futuro, utilizar la lengua como un espacio de diálogo y que tenga que ver con las identidades abiertas y sabiendo además que la diversidad nos enriquece”.
Fuente: elpais.com